| ¿Cómo surge la idea de escribir un libro junto al periodista luis m. fernández?
Surge con una noticia inesperada. Con un latigazo que me llega por teléfono de forma agitada y nerviosa una madrugada de la primera semana de febrero. Es Luis Mariano que me comenta entre sofocos que en la Casa de las Caras de Bélmez se ha realizado una experiencia novedosa...y sobrecogedora. En apenas dos minutos me hace la crónica del experimento del hipnólogo Ricard Bru con una sensitiva que ha empezado a "revivir" terribles escenas de muerte en ese lugar. Escenas que, para mi espanto, se corresponden con la verdad oculta de un secreto que la dueña de la casa había mantenido durante más de medio siglo. Esa visión era la matanza de su propia familia. Así, en volandas, empezamos a atar cabos y a viajar a los diferentes escenarios donde se desarrolla esta película de terror absolutamente real. Lo que empezó como una noticia para Milenio3, se ha acabado convirtiendo en una maravillosa aventura que, por que no decirlo, nos ha cambiado para siempre.
¿Por qué el tema de las caras de bélmez?
Es que Bélmez es el tema. Sin más. Ahí está, lo quieran o no los escépticos. Ahí sigue sobreviviendo a todos. Como una galería de arte del absurdo que refleja nuestros miedos más íntimos. Como un mosaico dramático al que ahora hemos empezado a encontrar un sentido. Un sentido horrible. Si es cierto todo lo que sospechamos, si realmente esas caras son inexplicables (y creo que datos y pruebas aportamos para pesarlo), si esos rostros son la llamada, venganza o aparición de unos cuerpos masacrados y enterrados en uno de los episodios más negros de la Guerra Civil... entonces, querido amigo, nos encontramos ante una historia que indica que existe algo al otro lado. Y eso, al menos a mi, me pone los pelos de punta y me hace saber que todo el esfuerzo ha merecido la pena.
¿Qué ha supuesto el caso bélmez en tu vida?
Muchas cosas. A veces aventura, asombro, angustia, búsqueda, entusiasmo, desesperación, sospecha, alegrías... miedo. Ha supuesto emociones muy intensas. Ha supuesto una intriga vital que he indagado a pecho descubierto y sin red. Pero, si te soy sincero, "Tumbas Sin Nombre" ha sido lo más fuerte, sin lugar a dudas, que a mi me ha ocurrido respecto a esta historia. Ni siquiera es comparable a cuando empecé a desmontar lo que se llamó Operación Tridente, demostrando como el gobierno y la iglesia engañaron a la opinión pública. No, esta aventura, esta búsqueda de la clave e identidad concreta de las caras, este laberinto que nos ha llevado a los más profundo y sangriento de la Guerra Civil, ha supuesto algo inolvidable. Terrible y apasionante a la vez. Mi objetividad, mi ligero escepticismo, mi distancia con algunas cosas se ha roto en muchos momentos. Ha sido un libro, una historia, que es pura vida. Pura emoción. Puro escalofrío. Unos sentimientos que se metieron en mi corazón el primer día que pise el cementerio de las tumbas sin nombre. Unas sensaciones que sé positivamente que no me abandonaran nunca.
¿Y en tu profesión?
He aprendido a trabajar duro. A no desfallecer. A buscar las cosas que otros habían desechado. He llegado a hacer verdaderas locuras en busca de pruebas concretas de esta trama. Bélmez me ha enseñado que no todo es lo que parece. Me ha enseñado de forma apresurada a criticarme a mi mismo. A poner en tela de juicio lo que creía haber averiguado. A le vez me ha confirmado que hay que ser muy desconfiado con todas las "verdades oficiales". Las caras, desde hace diez años, han sido un curso acelerado de periodismo de investigación. Algo que no se aprende ni en las aulas de la facultad ni en las redacciones. Algo que hay que sentirlo y vivirlo. Algo que te entra en la sangre y te impulsa hacia adelante.
¿Y qué ha supuesto dicho caso en el mundo del misterio?
Supone, al menos para mi, la dureza y rocosidad de una de esas tramas insólitas, absurdas y maravillosas que se resisten ante tanto fraude y tanta confusión. Algo a contracorriente que parece auténtico, que está ahí. Que te desafía, que te reconcilia y te hace seguir creyendo -a pesar de la tormenta generalizada que sopla en contra- en eso que se llama misterio.
¿Qué crees realmente que ocurre con este caso? ¿qué fenómenos lo producen? ¿por qué se originan?
Tengo que afirmar que la investigación apretada e intensa de "Tumbas Sin Nombre" ha roto todas mis expectativas. Lo que creía y lo que no se ha trasformado y a veces venido abajo. Este libro ha sido , a nivel interior, un terremoto. Un seísmo de alcance imprevisible en el epicentro de mi alma. Hay un antes y un después de esta historia, de este trabajo. Creo que hay una relación entre las caras de Bélmez, sobre todo las principales y las que aguantan durante 30 años, y aquella familia enterrada en una fosa común en circunstancias dramáticas. Esta es una historia triste. Una historia de dolor y recuerdos...de secretos y de sangre. A mi me ha cambiado de raíz. Creo que lo que hemos descubierto es verdad. Y eso me deja inquieto. Sobrecogido. El tema de las caras de Bélmez viene ya de viejo... ¿qué hay de nuevo para que dos periodistas como vosotros os hayáis adentrado en una investigación tan exhaustiva como esta? Hay una historia que va a poner los pelos de punta a quien se atreva a leerla. Una aventura con documentos, pruebas, revelaciones. Algo digno de una novela que, por fortuna o desgracia, es rotundamente real. En EE.UU. harían una película y sería un éxito. Aquí solo algunos valientes se atrevieran a conocer esta verdad. Y lo harán en mitad del desprestigio, la burla y la sinvergonzonería que nos asola. Es ley de vida. Pero por ellos -y por lo que hemos aprendido y vivido- merece la pena.
¿Qué nos contáis en este libro que no se haya publicado antes del tema?
Todo.
¿De verdad merece la pena comprarlo? ¿por qué?
Nadie que quiera análisis eruditos o hipótesis muy sabias debe comprar este libro. Porque este libro está en las antípodas de lo sosegado. Del análisis reflexivo. Siento decir que "Tumbas Sin Nombre" es pura energía. Es ilusión y es búsqueda desesperada. Una aventura, un viaje, una trama como las de antes, cuando los reporteros se fundían con la propia noticia y no sabían separarla de la propia vida. Y esto, este trabajo, es vida y muerte, drama y alegría. Esta hecho con la fuerza de los sentimientos. Hemos llorado y hemos reído. Hemos tenido pesadillas, nos hemos despertado en plena noche muchas veces pensando en la cara de aquellos niños masacrados, fantasmales... como si nos empujaran a seguir en los momentos más difíciles. Hemos creído estar dominados por la propia historia...viajando de un lado a otro como títeres en busca de un secreto. Un secreto que da miedo y que al final hemos descubierto. Por todo eso "Tumbas Sin Nombre" es un libro para valientes. Y se que , por fortuna, aún quedan muchos valientes.
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