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portada Velódromo De Invierno
Ficha del Libro:

Título: Velódromo De Invierno    comprar
Autor: Juana Salabert
Editorial: Seix Barral
I.S.B.N.-10: 843221096X
I.S.B.N.-13: 9788432210969
Nº P´gs: 267


Velódromo De Invierno
por Antonio Ruiz Vega

  Hay una película muy buena en la que actúa Alain Delón y que está ambientada precisamente en este "Velódromo De Invierno" de París. Se llama "El Otro Señor Klein" y en este film, entre otras muchas cosas y un final completamente inesperado, se describe magistralmente lo que fue aquella redada monstruosa y las escenas de hacinamiento y miseria en el velódromo, antes de la salida de los trenes que condujeron a aquella humanidad doliente a su destino final. Incluso aparece, como en este libro, la organización judía la UGIF que lejos de ayudar a los hebreos no fue sino un medio de control por parte del nazismo.

La propia Juana Salabert es parisina, aunque evidentemente nació mucho después. Comenzó a publicar en 1996 y ha obtenido ya varios premios importantes.

El léxico es un poco insólito, porque utiliza palabras o formas verbales no usuales en el castellano, que suenan vagamente a suramericanismos. Así el "imprentero" por impresor de la página 16. Términos como "enlosetado" por enlosado o ese "tantaleante" que no sabemos si se refiere a Tántalo o sustituye a "tambaleante", ambas en la página 23. O "tamponado" por sellado, en la página 28. A veces parece que hay cierta escasez de léxico, como en la página 46 cuando se repite "ignominiosamente" e "ignominia" en 5 líneas.

Suena raro que los grillos hagan trémolos, como se dice en la página 57, o la existencia de cigarrillos de cocaína (hay algo parecido, los "chinos", pero son de heroína) de la página 59.

En cuanto a la parte histórica, hay también aspectos discutibles. Una parte de la trama consiste en la huída de judíos a través del Pirineo, pero se hace aparecer como una iniciativa personal de un embajador, quien debía un favor a un hebreo por un episodio de la Guerra Civil. La realidad histórica es que este trasvase estuvo tolerado, cuando no directamente inspirado, por el propio régimen de Franco quien, no lo olvidemos, tenía un apellido perfectamente judáico, el mismo que llevaban algunos de los acusados por la Inquisición del crimen ritual del niño de La Guardia, allá por el XVI...

Hay también un episodio casi surrealista que tiene algo de histórico, como ese personaje estrafalario, un falangista que propone a los judíos sefarditas obtener pasaporte español, pero a cambio de hacer correr la voz de que los sefarditas no son judíos, a lo que se compromete a convencer a sus amigos nazis. Como es sabido sí que hubo algunos intentos de que los sefarditas regresaran a España, en lo que estuvo embarcado el propio Giménez Caballero, pero creo que fue después de la guerra.

Por ejemplo, para arrastrar en la ignominia al mariscal Petáin no necesita inventarse, como se hace en la página 66, el haber colocado a desertores atados de pies y manos frente a las trincheras alemanas. Fue suficiente con los fusilamientos masivos que ordenó para pasar a la historia como "El carnicero de Verdún". Tampoco es cierto, como se dice en la página 68 que la pobre Lenny Riefensthal filmara "El Judío Suss" o "El Peligro Judío": no necesitó hacerlo para arrastrar el sanbenito de hitleriana por el resto de su vida.

O ese hotel de lujo, ya en España, que dice que antes de serlo fue nada menos que "sede inquisitorial" (pág. 121).

Uno de los pasajes más emocionantes del libro es cuando la niña Ilse Landerman consigue huir del velódromo y de su destino simplemente saliendo por la puerta principal ante los mostachos del gendarme por el sencillo procedimiento de afirmar: "soy francesa". Anécdota que recuerda un poco a la del libro de Cercas "Soldados De Salamina", cuando el anónimo miliciano perdona la vida a Sánchez Mazas.

Aparte de todo lo anterior, lo cierto es que la novela está lograda, que consigue retrotraer al lector a aquellos años de plomo, y los ambientes son, en general, creíbles. Lo que pasa es que a veces cansa (recuerdo ahora el libro "Sefarad", de Muñoz Molina) este tipo de libros donde siempre se repite el mismo esquema de alemanes nazis malísimos y judíos víctimas sempiternas. Un tema sobre el que, en todo caso, se ha escrito demasiado, y que suena a archisabido.
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