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portada La Mandolina Del Capitán Corelli
Ficha del Libro:

Título: La Mandolina Del Capitán Corelli    comprar
Autor: Louise De Berniéres
Editorial: Plaza & Janés
I.S.B.N.-10: 8401385326
I.S.B.N.-13: 9788401385322
Nº P´gs: 497


La Mandolina Del Capitán Corelli
por Enrique García

 'La Mandolina Del Capitán Corelli' puede considerarse como una novela sorprendente, divertida y emocional que aborda temas como la alegría y la tristeza, de las vidas de una serie de personajes enfrentados, y de la Historia. El argumento se enmarca en el marco histórico de la Segunda Guerra Mundial cuando las tropas italianas y germanas ocupan Grecia, y en concreto la isla de Cefalonia. El cuartel general de los italianos se encuentra en Argostolión bajo el mando del comandante Antonio Acqui.

La vida en Cefalonia va a cambiar con la llegada de las tropas italianas. No sólo los nativos de la isla deben aceptar al invasor, sino que además deben proporcionarles alojamiento y sustento en sus propios hogares. Esto sin duda provocará tensiones entre los habitantes de Cefalonia y los soldados italianos pero sin llegar a la insurrección armada. Sin embargo, la ocupación de la isla no se va a producir como los isleños piensan en un primer momento. El capitán Antonio Corelli declara desde el primer momento en que aparece en escena que no tienen ninguna intención de ocupar la isla por la fuerza, sino de una manera amistosa, con el fin de establecer una buenas relaciones con sus habitantes. Eso es lo que le expresa al doctor Iannis en su primer encuentro.

La novela contiene varios ejemplos de la buena voluntad del capitán Corelli. En una de ellas promete al Dr. Iannis conseguirle medicinas a cambio de que le consiga un alojamiento en la isla. Su propio interés por convivir de manera pacífica lo lleva a aprender algunas palabras en griego con el fin de demostrar su buena voluntad. Sin embargo a pesar de ese buen gesto del capitán los habitantes de Cefalonia se muestran recelosos en todo momento con el capitán. El ejemplo más claro es que el Dr. Iannis le enseña ciertas palabrotas e insultos. En este momento vemos que el personaje del capitán Corelli no es un ser despiadado y sin sentimientos, sino todo lo contrario. Se preocupar por la reacción que ha tenido el doctor con él. Se pregunta por qué razón se ha comportado así con él. ¿Un broma? ¿Una manera de humillarlo? No obstante el capitán sigue comportándose de igual forma sin tomar represalias contra el doctor. No quiere tener que llegar a emplear la fuerza para doblegar a los habitantes de Cefalonia. Y vuelve a mostrar su respeto por ello cuando dos soldados italianos son sorprendidos robando las gallinas de Kokolios. El capitán los humilla delante del doctor y su hija. Sin embargo una vez más tanto el doctor Iannis como su hija Pelagia siguen viendo al capitán Corelli como un invasor.

Y ese desprecio se hace más patente en el comportamiento de Pelagia hacia el capitán Corelli. La hija del doctor Iannis no vacilará a la hora de, por ejemplo, ponerle la comida en la mesa de tal manera que salpique el uniforme del capitán para que después lo frote con un trapo empapado en agua. Pero a pesar de este comportamiento, que por otra parte el capitán reconoce y admite como algo natural, Antonio Corelli no deja en ningún momento de comportarse de manera exquisita.

Y puede ser esa forma de ser suya la que haga que Pelagia se rinda ante los encantos del capitán. Corelli es un personaje amable, extrovertido y en ocasiones algo cómico rayando lo absurdo. Esto propicia como ya hemos señalado que Pelagia comience a verlo con otros ojos. Se va dando cuenta que Corelli no es el hombre que ella creía en un principio. No le gusta beber, ni anda con mujeres como sus soldados. A todo esto contribuye el hecho de que el prometido de Pelagia, Madras, se encuentre en el frente combatiendo contra los invasores.

Pelagia es una mujer dura, fuerte que odia a los invasores representados en la figura del capitán Antonio Corelli. Pero de repente su odio se va transformando en cariño y sus sentimientos comienzan a confundirla. Siente el instinto de querer protegerlo. Corelli se convierte en su único pensamiento de noche y de día hasta el punto de que se siente molesta consigo misma por no poder o no querer evitarlo. Pelagia admite que su vida ha cambiado desde la llegada del capitán Corelli a Cefalonia. Siente que ha estado encerrada en su mundo durante tantos años sin saber que había fuera de él.

El punto álgido de esta situación llega en el momento en que Corelli juega a ser un perro que se ha quedado enredado en un ovillo de lana mientras en su boca lleva un melocotón. ¿Qué ha propiciado que el capitán se comporte de esa manera? La respuesta es que el capitán se ha dado cuenta también que comienza a ver a Pelagia con otros ojos. ¿Se está enamorando de ella? Pelagia se ha convertido en el centro de sus sueños más eróticos. Corelli se imagina a varias muchachas que tienen los rasgos de Pelagia. Lo acarician, lo besan, lo seducen hasta el punto de provocar cierta excitación en el capitán. Y para que Pelagia no descubra esa “excitación” comienza a comportarse como un perrillo desvalido. Entre tanto juego y bromas sus ojos se encuentran por primera vez y Pelagia se siente por primera vez indefensa. Siente que la mujer fuerte del principio está comenzando a bajar los brazos y a rendirse ante el capitán. El conquistador está ganando terreno hacia su corazón. No sólo ha ocupado la isla de Cefalonia sino también su vida. Corelli está atado en el ovillo de lana e inconscientemente dice estar atado a ella de por vida. Es el momento en el que ambos descubren por primera vez que hay algo más que una relación obligada por las circunstancias de la guerra. Pelagia aparta su mirada como queriendo decirle al capitán que no le está permitido entablar una relación más allá de la que tienen: ella como conquistada ofrece su casa al conquistador.

Pero pese a sus continuos esfuerzos por evitar lo inevitable los sentimientos la traicionan en el momento en que, fruto de esa pasión que siente, le da un beso inocente al capitán cuando al día siguiente regresa a casa. Por otra parte la reacción de Corelli es de lo más normal al mostrar sorpresa. Pelagia presa de la confusión del momento intenta dar una explicación lo más convincente posible al capitán. Aunque en su interior es consciente de que sentía la necesidad de hacerlo. A pesar de ello volverá a repetirlo cuando en una excursión al campo a buscar caracoles Pelagia y el capitán Corelli se separen del grupo. El autor nos vuelve a presentar una situación cómica. Es ahora Pelagia la que está enredada entre la maleza mientras el capitán trata de liberarle. La situación en idéntica a la que hemos descrito antes en la que Corelli se liaba con un ovillo de lana. En esta ocasión sus ojos vuelven a encontrarse y de nuevo el lector es testigo mudo de este amor secreto. Ya no hay dudas sobre los sentimientos de ambos. Pelagia ha pasado de odiar al capitán a caer bajo sus encantos. Y es entonces cuando Corelli se habla de Antonia su mandolina. La describe como si fuera el propio cuerpo de Pelagia. Le canta canciones y recita poemas de amor al compás de la mandolina. Comienzan a comportarse como dos chiquillos que han encontrado el amor por primera vez en su vida. Dan paseos en moto lejos de la isla para evitar las miradas de los curiosos. Encuentran un vieja cabaña que simboliza su nido de amor en el que pasarán numerosas horas. Hacen planes para el futuro. Se casarán y vivirán en Italia. Corelli trabajará como músico y tendrán hijos que hablarán el italiano y el griego.

Sin embargo, sus sueños están algo lejos de cumplirse ya que el futuro se presenta bastante incierto en medio de la guerra. Y en medio de tantas fantasías y sueños surge la voz de la conciencia del doctor Iannis para quien la relación entre ambos no ha pasado desapercibida. Sabe que su hija se ha enamorado del capitán Corelli por mucho que intente disimularlo y seguir comportándose de manera grosera con él. Pelagia se comporta como una adolescente que guarda flores en los viejos libros de medicina de su padre o que aguarda impaciente la vuelta a casa del capitán. El doctor Iannis sabe lo difícil que será para ambos realizar sus sueños y antes de que la desilusión les invada decide hacerlo ver a ambos. Su pensamiento se resume en una sola idea: no podrán casarse hasta que la guerra no acabe.

Pero Pelagia se muestra obstinada como cualquier mujer enamorada y está dispuesta a luchar. No quiere oír hablar de nada que vaya en contra de sus pensamientos y mucho menos del capitán. No acepta el punto de vista de su padre e incluso llegar a pensar que lo que su padre intenta es humillarla. No quiere admitir la verdad: una relación como la suya en medio de una guerra no tiene mucho futuro. Ve sus sueños desvanecerse en un solo momento. Su padre ha destruido todas sus ilusiones y sus expectativas de futuro. Pero pese a toda esta frustración que siente, reconoce que su padre tiene razón. Su padre no ha hecho más que mostrarle la realidad tal y como es aunque ella no la acepte.

La misma situación se produce cuando el doctor Iannis decide mantener una charla con el capitán Corelli. El doctor le advierte de los peligros que entraña su relación. Pelagia no soportaría abandonar la isla como buena griega que es. Estar alejada de su hogar le destrozaría el corazón.
Por otra parte Corelli no podría vivir de su música en una isla como Cefalonia. El doctor pone a prueba al capitán levantando ante él numerosos obstáculos con el fin de evitar que cometan una locura. Sin embargo, para sorpresa del doctor la reacción de Corelli es muy distinta a la de Pelagia. No chilla, ni llora delante del doctor. Simplemente se limita a exponer su punto de vista a cada situación que el doctor le plantea. Viendo que no es capaz de hacer cambiar de idea al capitán decide ponerlo en un serio aprieto. Tendrá que elegir entre su música y Pelagia.

En este punto la narración da un giro debido al desarrollo de la propia guerra. Las tropas italianas se ven obligadas a rendirse a sus aliados alemanes pasando a ser considerados como traidores que deben ser fusilados. Berniéres eleva la tensión del argumento y enfrenta al lector con una situación inesperada. Pero a pesar de ello el capitán Corelli logrará sobrevivir gracias a la valentía del soldado Carlo Piero Guercio, quien protegerá al capitán y morirá por él.

Cuando Pelagia recibe la noticia de que aún sigue vivo estalla de alegría. Vemos una nueva Pelagia que en nada se parece a la despota del comienzo de la novela. Aquella habría dejado morir al capitán pero esta nueva derrocha todo su amor sobre él. De talante decidido ayuda a su padre a coser las heridas que las balas han dejado en el cuerpo de Corelli. Y es el comportamiento valiente de su hija lo que hace que el doctor Iannis se de cuenta realmente de cuan grande y profundo es el amor de Pelagia por el capitán. El doctor Iannis se sorprende al ver el comportamiento desenvuelto de su hija en el papel de enfermera, y la capacidad de recuperación de Corelli.

Pero a pesar de salvar su vida la situación no ha mejorado en nada para el capitán. Las tropas alemanas registran todas y cada una de las casas de los habitantes de Cefalonia buscando a los posibles italianos que aún permanezcan vivos.

Corelli permanece escondido durante algún tiempo en la cabaña donde solían pasar el tiempo él y Pelagia. Sin embargo sabe que no puede permanecer allí oculto siempre con lo que decide regresar a Italia para recuperarse de sus heridas. La partida del capitán llena de tristeza y amargura a Pelagia quien contempla como su amor se va con el capitán.

La narración da un salto en el tiempo y nos encontramos a una Pelagia algo mayor. Antonio Corelli no ha regresado a Cefalonia a pesar de que la guerra concluyó hace ya algunos años. Pelagia ha comenzado a creer que quizás haya muerto pues ni siquiera ha recibido una carta suya; o tal vez se haya casado y viva en Italia. Una mezcla de amargura y rabia se apodera de ella. Siente que ha perdido al único hombre que ha querido y que la guerra le quitó. Sin embargo el recuerdo de Corelli sigue vivo en su interior y se aviva en el momento en que empieza a recibir una serie de misteriosas postales procedentes de diversos lugares. En un principio piensa que son de Corelli pero su pesadumbre puede más que sus ganas de creer en que sea cierto que Antonio Corelli vive aún. Y lo que es más importante, que se acuerde de ella. Lo único que le queda a Pelagia es un mundo lleno de recuerdos que se harán más latentes con la aparición del personaje de Spiro, un músico profesional que toca la mandolina. Es el ídolo de Ianis, el nieto de Pelagia. Ianis quiere aprender a tocar la mandolina como Spiro y convertirse en músico. Es entonces cuando Pelagia la cuenta por primera vez la historia de Antonia, la mandolina del capitán Corelli, enterrada en un lugar para protegerla de la guerra. Una vez que Antonia está en sus manos los recuerdos de días más felices vuelven a su mente. De días en los que Antonio cantaba para ella mientras tocaba la mandolina. Pelagia no sabe las consecuencia que producirá el haber desenterrado a Antonia ya que esto significará el regreso de Corelli a la isla.

Aquí podemos establecer una similitud entre la historia de Pelagia y la de Penélope. Ambas aguardan el regreso de su amado tras largos años de ausencia. Al mismo tiempo el poder de la mandolina es comparable al que ejerció el arco de Ulises una vez que éste fue desempolvado para la prueba de los pretendientes.

Una tercera coincidencia podría establecerse en torno a la mandolina y el arco, y es que ambas sólo funcionan en manos de su verdadero dueño. El último paralelismo entre ambas historias sería el hecho de que tanto Corelli como Ulises no se mostraron tal y como eran al llegar a la isla, sino que permanecieron ocultos observando a sus respectivas amadas.

Antonio por fin aparece en escena y como no podía de ser otra manera lo hace para tocar su mandolina. No es hasta que Iannis se la entrega y puede sentirla en sus manos. Es entonces cuando le asaltan los mismos recuerdos que a Pelagia. Al igual que ella no ha olvidado su idilio durante la guerra. Es por ello que ha regresado a Cefalonia. Bernières va preparando al lector para el momento en que ambos Pelagia y Antonio Corelli se encuentren. Pero no será como lo hicieron Penélope y Ulises en La Ilíada dando rienda suelta a la pasión que ambos sentían. El lector vuelve a encontrarse con la Pelagia del comienzo de la historia la que consideraba a Antonio como un mero invasor. Aunque algo ha cambiado: su lenguaje. Sus insultos al reconocerlo son en italiano lo cual es significativo pues indica que ha estado aprendiendo es lengua por si llegara el día en que tuviera que marcharse a Italia. Sin embargo ese enfado pasa pronto y los sentimientos y los recuerdos de días felices vuelven a ella. Pelagia se siente en cierto modo traicionada por Antonio pues durante años lo creyó muerto o casado y ahora aparece delante de ella como si nada. Para su sorpresa descubre que Antonio sigue enamorado de ella y en que en todo momento no ha dejado de recordarla. Para demostrarlo le habla de los tres conciertos escritos, uno de los cuales es “La marcha de Pelagia”, compuesta cuando eran novios en Cefalonia. En este momento Pelagia muestra su lado más femenino arreglándose y pidiendo disculpas a Antonio por su aspecto pero eso a Corelli no le importa pues como señalábamos ha estado escondido en la isla, como Ulises, observando todos y cada uno de sus movimientos. Ha sido testigo mudo de su vida. De sus alegrías y de sus penas.

Al saberlo Pelagia vuelve a mostrar a la mujer dura que ha tenido que soportar demasiado en su vida. El tiempo ha pasado pero el carácter de Pelagia no ha cambiado. No quiere saber nada de Antonio y le ordena que regrese a Atenas. Parece como si no quisiera reconocer abiertamente su amor por Antonio Corelli, no quiere rendirse tan fácilmente. Antonio tratará de conquistarla cada día. Primero una cinta de música que contiene el concierto de mandolina que lleva su nombre. Luego una cabra como la que solía tener, o un paseo hasta la Casa Nostra como hacían cuando eran novios y se alejaban del pueblo para demostrar su amor lejos de las miradas de los lugareños. Y es precisamente en uno de esos paseos en moto cuando Pelagia por fin se rinde. Está cansada de resistirse a los encantos de Antonio. Piensa que ya es hora de ser feliz después de tantos años de guerra, muertes, hambre y desesperación. Se abraza a Corelli y se encomienda a San Gerasimos. Finalmente su amor ha logrado salvar todos los obstáculos que han ido surgiendo ante ellos. El amor entre ambos ha sobrevivido a pesar del tiempo y la distancia. No hay duda de que su amor ha sido un amor verdadero y que su sueños, en un principio inalcanzables, se han hecho realidad. De eso trata la novela de perseguir un sueño hasta alcanzarlo.
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