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| Elizabeth Bathory
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| por Pedro M. Valenzuela
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Es difícil abordar todos los aspectos que supone esta valentísima apuesta de la Editorial Berenice, tanto en la forma como en el fondo, ya que rescata en formato de cómic la cruda historia de la aristócrata húngara Erzsébet Bathory, cuya leyenda se forjó a raíz de la muerte de más de seiscientas jóvenes a las que torturó y asesinó debido a su obsesión por la belleza y la sangre. Esta noble de Transilvania perteneciente a una de las más ilustres familias de Europa (relacionada también con la familia Vlad Tepes, Drácula) fue el ser humano real más parecido a un vampiro que haya existido nunca, desde que una doncella le salpicó la mano de sangre y sintió que era el ansiado elixir de la juventud comenzó la más cruenta persecución de la belleza con sus banquetes y baños de sangre fresca.
La figura de La Condesa Sangrienta ha sido rescatada en multitud de libros, películas y discos, pero el cómic de Raúlo Cáceres es un paso más allá de la vida de Erzsébet para recrear su vuelta al mundo terrenal después de su no muerte. Una historia de sexo y violencia extremos entre criaturas sobrenaturales y humanos donde la venganza, el poder y el placer son los fines por los que merece la pena torturar o asesinar a quien ose entorpecer los más despiadados deseos de estos señores de la noche. Con páginas en blanco y negro de gran formato, un fantástico trabajo de impresión y edición (así da gusto ver los dibujos), viñetas entrelazadas y una estética que camina entre el gore, el sadismo extremo y la pornografía más descarnada se presenta todo el material que produjo esta serie que ya antes se había publicado en revistas especializadas del mercado español y norteamericano, ahora con los textos revisados y corregidos.
Como bien recuerda Házael G. en el prólogo, la mayoría de las veces la pornografía en la literatura no es gratuita (con los ejemplos cumbres de Henry Miller, quien la utilizó para lograr un comprehensivo conocimiento de sí mismo, o el Marqués de Sade, que magistralmente la usó como metáfora y denuncia de las injusticias sociales y políticas de su época), así se logra una mezcla fantástica de orgías y asesinatos en castillos, bosques encantados y cementerios, todo en torno a una mujer que encierra todas las variantes del vampiro: es el súcubo, visitante de dormitorio y ladrón de semen; es el ghoul, carroñero de las necrópolis; es el ave nocturna, que como tú asesina a los nonatos; es la sanguijuela sedienta de sangre. ¡Ella es la Mujer, es la Muerte y se ríe de todo! Esta obra que fue el primer reconocimiento público de Raúlo Cáceres es todo un catálogo de filias (muy bueno el fetichismo con sudarios) que giran en torno a la terrible condesa; depravación y perversión en un cómic que demuestra el potencial de su autor y de la excitante combinación que puede surgir de un dibujo de calidad aderezado con textos trabajados al servicio de una historia correcta, aunque se llegue a abusar de ciertos recursos (como se abusa en el cine gore de los litros de sangre, claro). Por si te interesa echar un vistazo, el autor cuenta con una cuidada Web con bastante material que sirve de buena aproximación a su estilo y obra. |
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