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Doña Bárbara
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por Mª Carmen Vicente
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DOÑA BÁRBARA, “la trágica guaricha. Fruto engendrado por la violencia del blanco aventurero en la sombría sensualidad de la india, su origen se perdía en el dramático misterio de las tierras vírgenes”. Es así como aparece definido en la novela de Rómulo Gallegos el personaje que da nombre a la misma. DOÑA BÁRBARA, “la devoradora de hombres”, simboliza y encarna la barbarie. Es por eso que su autor sitúa la acción en una tierra inhóspita y sin ley, la región del Arauca, en el llano venezolano, donde DOÑA BÁRBARA ejerce su tiranía y dominio desde un lugar de nombre tan sugerente como el de “el miedo”. Como contrapunto al personaje de DOÑA BÁRBARA encontramos a Santos Luzardo, quien impondrá su acción civilizadora empezando por regenerar el tronco familiar y el entorno de donde procede.
Al comienzo de la lectura de la novela, nos encontramos con el último descendiente de la familia Luzardo dispuesto a olvidar sus orígenes y con la intención de marcharse a Europa. De este modo cerraría, de una vez por todo, el trágico pasado familiar marcado por las muertes y el rencor. Pero, una vez llegado a la hacienda familiar, encuentra la posibilidad de redimirse del pasado y regenerar su estirpe.
Se nos presenta, en definitiva, el tradicional conflicto ideológico entre “civilización y barbarie”, tan presente en la literatura hispanoamericana de aquella época. El autor utiliza el relato como vehículo transmisor de sus propias teorías reformistas. Es una novela de tesis, pero sus personajes, tanto principales como secundarios, poseen una fuerza y un simbolismo que los hace difíciles de olvidar. Se trata, pues, de la novela más famosa del autor venezolano Rómulo Gallegos, y es uno de los mejores exponentes de la denominada literatura “mundonovista”, que refleja lo auténticamente americano en una búsqueda por encontrar su verdadera identidad. |
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