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portada Campoamor Y Su Mundo
Ficha del Libro:

Título: Campoamor Y Su Mundo    comprar
Autor: Manuel Lombardero
Editorial: Geoplaneta
I.S.B.N.-10: 8408036513
I.S.B.N.-13: 9788408036517
Nº P´gs: 472


Campoamor Y Su Mundo
por Antonio Ruiz Vega

  En el prólogo de Luis García Montero se habla, sobre todo, de la historia del propio autor que, quién sabe, si es más interesante que la propia vida de Campoamor por más que el poeta tuviera una vida luenga (1817-1901) y llena de acontecimientos. Pero la personalidad de Lombardero (Teverga, 1924), un librero transformado en bibliófago y de ahí, por extensión (y por estudios: se traslada a Barcelona y se licencia en Letras) en erudito también lo es. Siempre atento a sus orígenes astures, de lo que da fe su "Asturias Y Los Poetas" (1996) o este mismo libro, dedicado al poeta de Navia. Según explica García Montero su primera noción de Lombardero fue literaria, pues lo conoce como personaje de "Para Parar Las Aguas Del Olvido", de Paco Ignacio Taibo I, donde forma parte de un retablo de costumbres constituido por un grupo de jóvenes antifranquistas de provincias junto a Angel González, Benigno Canal, Amaro y Paco Ignacio Taibo. La bibliofilia de Lombardero, sistemática y obsesiva, es lo que hace de este libro una obra innovadora sobre Campoamor, por la razón evidente de que no ha recorrido los caminos trillados de los tópicos existentes y no ha repetido los viejos errores, sino que se ha propuesto ir a las fuentes. Se trata, también, de una reconsideración de la obra de Campoamor, apresuradamente tildada de menor desde la descalificación pronunciada por Azorín en "La Voluntad". Lo que no quiere decir que, si consideramos políticamente al romanticismo, Campoamor esté en su ala derecha, y no se privara de estigmatizar –en nombre de la claridad– la parte oscura de los románticos, su desmesura, que es –a la postre– lo más interesante, ya que lo otro se desliza hacia la fotonovela y los tópicos. No cabe disimular, y Lombardero no lo hace, que los contenidos de la poesía de Campoamor, especialmente en sus momentos menos felices, corresponde a un pensamiento conservador, de la pequeña burguesía, y es una exaltación de todos los tics y tópicos de esta subclase. Aunque, para compensar, le reconoce una limpieza terapéutica del lenguaje poético, que había caído en rebuscamientos y exotismos algo disparatados y que Campoamor vuelve a acercar al castellano coloquial, al léxico de la calle, abriendo unas perspectivas por las que discurrirán, después, Bécquer, los Machado, Cernuda, y –según García Montero–, hasta el mismo Gil de Biedma... La infancia de Campoamor en el valle de Navia, su tierra natal, se vio marcada por la muerte de su padre, en 1821, cuando apenas había cumplido los cuatro años. Si bien el patrimonio familiar permitió a la viuda y a sus cuatro hijos salir adelante, el niño creció sin padre. Pronto fue puesto a estudiar latín, filosofía y retórica, con vistas a ingresar en alguna orden y a punto estuvo de hacerlo con los jesuitas, acudiendo a una misteriosa entrevista en una granja (que no convento, como precisa Lombardero) que tenían en Madrid (Torrejón de Ardoz). Pero allí, en lugar de investigar sus conocimientos le hicieron declamar y moverse sobre una pasarela. Buscaban al hombre, no al estudiante, y querían ver si valdría para declamar y seducir multitudes. Por lo visto creyeron que no y le mandaron de vuelta a casa. Luego estuvo con los dominicos, pero es claro que nuestro hombre no tenía vocación religiosa, pues confiesa sentir tedio al asistir a los oficios. En 1835, ya mayor de edad, permanece en Madrid donde, dos años después, iniciará su carrera literaria escribiendo en una recién aparecida revista, No Me Olvides. Pronto escribirá, amén de numerosos poemas, sus primeros dramas, como "El Castillo De Santa María". De 1847 a 1854 Campoamor hará sus pinitos en política, siendo "jefe político" (el equivalente a Gobernador Civil) de Castellón, Alicante y Valencia. Ya antes había comenzado su amistad con Narciso Serra, que mantendría prácticamente toda su vida (hasta su muerte, en 1877). Su fulgurante carrera política nace de su amistad con Luis José Sartorius, protegido a su vez de Bravo Murillo. En 1840 el Liceo de Madrid publicará un volumen de poesías de Campoamor que cosechará excelentes críticas de sus contemporáneos. En 1842 sale su segundo libro, "Fábulas Orijinales" (sic). y a continuación "Ayes Del Alma" (poesías), cuya segunda edición sale en 1847. Por este tiempo, como vamos viendo, participó activamente en política a favor de la reina Cristina, a la que dedicó algunos libros y hasta una oda. Llegó a dirigir El Heraldo, editado con fondos de este bando y donde se publicaron como fascículos las "Doloras", que alcanzaron un gran éxito. En 1845 publica "Historia Crítica De Las Cortes Reformadoras", panfleto cristino que le atrajo muchos ataques y que, en opinión de Lombardero, constituyó un error. En 1846, el mismo año de las "Doloras", sale a la luz "Filosofía De Las Leyes", en cuyo prólogo aduce como méritos para adentrarse en el tema del Derecho, precisamente el no haberlo estudiado... Este libro de no más de cien páginas era un resumen de su pensamiento sobre el tema y, según Lombardero, sirve para conocer qué pensaba el todavía joven Campoamor, por cierto que en la mayoría de los temas mantendría las mismas opiniones hasta su muerte. En 1847 es gobernador de Castellón, a la que llama su Ínsula Barataria, y donde intentó ciertas mejoras. Se preocupó de la educación de los niños, de la apertura de bibliotecas, de la construcción de caminos y del adecentamiento de las viviendas, lo que hablando en plata supuso el blanqueamiento con cal de unas 40.000 fachadas (esto se hacía, entre otras cosas, por razones higiénicas). Tuvo también, al año siguiente, que reprimir levantamientos republicanos, ejerciendo de comandante militar e incluso firmando alguna que otra ejecución. Lombardero señala cómo en "El Espíritu De Las Leyes" se había declarado enemigo de la pena de muerte... Poco después, sin embargo, en un duelo, desistió de disparar sobre un oponente que manifiestamente no sabía manejar el arma. De Castellón va a Alicante, también de jefe político, y allí conocerá a la que sería su mujer, Guillermina O´Gorman, de familia irlandesa establecida en España a finales del XVIII. Ambos estaban en torno a los 30 años lo que, sobre todo para ella, significaba una edad ya muy tardía para matrimoniar. Guillermina padecía neurosis, que se fueron agravando con la edad hasta convertirla en un ser huraño. El poeta sólo escribió acerca del primer encuentro y los primeros días de su amor. En Alicante no se atrevió a implantar la educación obligatoria, como era su intención, por temor a la reacción de los poderosos, pero sí abordó numerosas reformas necesarias. De sus años en Alicante le viene la compra de la dehesa de Matamoros, que pasaría a llamarse la Dehesa de Campoamor y que serviría de vínculo perenne con aquella tierra incluso cuando regresara a Madrid, a partir de 1854. Pero antes de volver a Madrid fue gobernador de Valencia, son los años en los que publica "Colón", poema que había comenzado a escribir en Alicante y que consta de casi 4000 versos dedicados al descubridor. En 1849 recibe su primer varapalo literario, de la mano de Antonio Ferrer del Río, quien en su "Galería De La Literatura Española" tilda sus poesías de empalagosas. Con su caída en desgracia, acaecida a raíz de la sublevación de 1854, el poeta vuelve a Madrid y se inicia una etapa de meditación que culmina en la publicación de "El Personalismo, Apuntes Para Una Filosofía" donde, más allá de una poética traza toda una filosofía de la vida. Dirige entonces "El Estado", un periódico moderado que trata de abrirse camino en un Madrid de no más de 300.000 habitantes, casi todos analfabetos En 1861 publica "Cantares", y este es el año de su ingreso en la Academia, cuando contaba 44 años de edad. En 1867 fallece en Navia su madre, Manuela Campo-Osorio. Al año siguiente, 1868, se produce el levantamiento republicano y Campoamor y los suyos abandonan Madrid para refugiarse en la Dehesa de Matamoros, de Alicante, desde allí presencia la salida de los Borbones de España y comienza a escribir "El Drama Universal". En 1870 le tenemos de nuevo en Madrid, un Madrid que, entretanto, había ido creciendo y andaba por los 450.000 habitantes y donde tenía bastante éxito el teatro, género que había practicado en su juventud, aunque sin mucho éxito. Escribe "Guerra A La Guerra", que no obtiene un gran éxito, tónica que seguirían las siguientes obras estrenadas, hasta "Cuerdos Y Locos", en 1873, que triunfa. Por estos años publica "Los Pequeños Poemas" que es también un éxito literario, prácticamente de masas y que él define como "cuentos en verso". En 1874 es acusado por Vázquez Muñoz, en El Globo de haber plagiado frases enteras de Víctor Hugo en su obra "Así Se Escribe La Historia", surge luego un tal Valdivia que amplia el plagio a obras de Heine, Sue y Gautier. Juan Valera (dice Lombardero, era cordobés (¡El sueño de Antonio Gala!) ) (pág 303), da por probado el plagio en un artículo de la Revista Contemporánea, y la defensa de Campoamor y sus amigos no parece muy convincente. Tampoco lo serán las sucesivas explicaciones y justificaciones que irá dando en textos sucesivos, hasta 1890. Lo más grave, según Lombardero, es que se contradice terriblemente, pues si en una ocasión dice que mal pudo copiar a Víctor Hugo por no saber francés, en otra confiesa conocer esta lengua, etc... Feo asunto. En el prólogo que Campoamor escribe a "Dudas Y Tristezas", de Manuel de la Revilla, aprovecha para meterse con el krausismo, que había introducido en España el soriano Sanz del Río, lo que levantó no poca polémica, incluso con el mismo Canalejas. En 1876 había vuelto Campoamor a la política presentándose diputado por Santa Cruz de Tenerife. De estas elecciones salieron las cortes que redactaron la Constitución que estuvo vigente hasta la dictadura de Primo (durante esta sólo estuvo suspendida, así que, prácticamente llegó hasta la II República), pero no parece que Campoamor aportara nada a esta ley, aunque llegó a formar parte del Consejo de Estado. En 1883 publica otro ensayo filosófico: "El Ideísmo", que el cree metafísico. Este mismo año edita su "Poética", muy censurada por Menéndez y Pelayo, que la tildó de estrafalaria En 1884 Cánovas le llama otra vez al Consejo de Estado. En 1886 publica "Humoradas". Tenía ya 69 años. En 1887 muere su hermana Rafaela, que tanto participó en su educación. En 1890 muere su mujer, Guillermina O. Gorman. Campoamor se retira a La Dehesa de Alicante. En 1892 se celebra el IV aniversario del Descubrimiento de América y Campoamor, ya muy mayor, estaba aquejado de gota y reuma. Este año le dedica una entrevista la revista Blanco y Negro donde afirma que ya no escribe nada y se siente muy afectado por la muerte de su mujer. Lo cierto es que todavía escribía algo, porque en 1895, ya con 78 años, lee a dos periodistas de El Liberal algunos versos. Y lo cierto es que continuaba publicando humoradas en la prensa madrileña. También continúa acudiendo al senado. En el 98 le visita Rubén Darío, quien lo encuentra en la más absoluta decadencia. Dos años después todavía le visita un periodista del Blanco y Negro pero le despide rogándole que no vuelva más: no quiero que padezca usted la amargura de ver morir a un viejo. La madrugada del 12 de febrero de 1901 fallece.
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