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Un Camino Entre Lo Visible Y No Visible
por Evelyn Celedon

Creo que a veces muchos de nosotros caminamos por la vida invisiblemente, hacemos de ella una rutina maquinal y, por qué no decirlo, a veces bastante tediosa. Sin embargo, ésta situación la podemos revertir explorando pacientemente que hay en cada uno de nosotros.
En la rutina diaria sobrellevamos una buena parte de responsabilidades, compromisos, quehaceres, etc. Por lo que a veces nos encerramos en ellos haciendo de nuestra familia y entorno nuestro propio mundo. Esto por consecuencia de los compromisos antes mencionados y los cuales adquirimos con mucho cariño. De ahí que para mí perspectiva proviene la invisibilidad ya que no nos permite ver y conocer nuestro entorno y, por lo tanto, no podemos comprender ciertos fenómenos que ocurren a nuestro alrededor (causa y efecto, probablemente).

En este contexto deseo adentrarme en lo que es la vida cotidiana de los habitantes de la Región de La Araucanía (mí región) y, más específicamente, en la Feria Pinto, que es un mercado en donde se comercializan varios productos típicos de nuestra zona. Éste (Davinson y Ketterer, 2006:9) “…es una especie de muestra de los procesos de (des)integración cultural que cotidianamente se vivencian en esta región…”.

Siguiendo con mi punto de vista anterior, quizás muchos de los que vivimos en esta región acudimos cotidianamente a hacer las compras y en este punto me surge una pregunta ¿Cuántos de nosotros nos hemos detenido a conocer a las personas que hay detrás de los productos que nos ofrecen? Muchos de nosotros quizás responderemos: "¡Claro! Para qué complicar la vida conociendo más problemas si apenas podemos sobrellevar los nuestros". Quizás esta respuesta no está tan alejada de nuestra realidad, ya que hoy en día, con procesos tan complejos como la globalización, nuestro ritmo de vida es más acelerado y sólo nos queda tiempo de ocuparnos de nosotros mismos. Sin embargo, creo que estas respuestas son excusas, nosotros somos dueños de nuestras vidas y por lo tanto no tenemos que entregarle el control de ésta a la Sociedad Globalizada.

Es por esto que debiéramos reflexionar que somos parte de una sociedad en que la feria Pinto nos refleja (Davinson y Ketterer, 2006:9) “…una buena muestra del sustrato cultural de nuestra región”. Cultura que, por cierto, es parte de cada uno de los habitantes, y por ende conocer las realidades que se viven en este lugar no nos debieran de ser indiferentes, ya que pertenecemos a ella y forma parte de nuestra Identidad, que muchos como habitantes de esta región y como chilenos desconocemos.

Si observamos más detenidamente lo que ocurre en este centro de intercambio (Davinson y Ketterer, 2006:10) “…donde muchas mujeres de la región participan cotidianamente, generando bienes y servicios, creando cultura popular e incidiendo en la conformación espacial de nuestra cuidad”. Nos percatamos que es un hecho muy relevante, muchos de nosotros desconocemos la labor de estas mujeres las cuales hacen innumerables esfuerzos para subsistir con sus familias, luchan solas con sus hijos, y cuando me refiero a la palabra luchan lo hago manifestando su completo significado, ya que estas mujeres son verdaderas guerreras incansables frente a la pobreza, que las persigue como su peor pesadilla.

Ellas viven en un medio en donde su único medio para subsistir es la agricultura, esa tarea ardua de trasformar nuestro entorno, de sembrar y cosechar los frutos que nos entrega la Madre Tierra, una ocupación que se ha hecho desde siempre pero que ahora más que nunca se ha visto en desmedro por la falta de recursos y por los terrenos, los cuales les han sido quitados.

Por lo visto una economía bastante desigual, en donde los más perjudicados son comunidades Indígenas que, como en muchos relatos, se ven sometidos en una economía Informal en donde no hay leyes para protegerlos y, por ende, la oferta y la demanda pasan a ser sus sentenciadores de vida. Pequeños agricultores y agricultoras y recolectores temporeros se ven envueltos en este cruel sistema, por lo que los productos que venden pasan por innumerables obstáculos para que finalmente lleguen a nuestras mesas.

Estos son (Davinson y Ketterer, 2006:20) “Mundos que, para el caso de nuestro país, conforman una sociedad mestiza que impone cánones de superioridad sobre las mujeres indígenas…”. Como así también para recolectores temporeros y los que participan del comercio informal de esta feria. ¡De qué manera hacernos indiferentes a lo que ocurre a nuestro alrededor! Los testimonios entregados en este libro son la prueba de lo contradictoria que es nuestra sociedad, nos vemos reflejados en un Chile en vías de desarrollo (Davinson y Ketterer, 2006:44) “…atractivo para la inversión extranjera y con diversificación de sus exportaciones.” Pero sin embargo hay otra cara que muchos de nosotros nos negamos a ver (Davinson y Ketterer, 2006:42) “…prácticamente el 50% de nuestra población sobrevive gracias a la economía informal, en todas sus combinaciones.” Que por cierto ésta nos muestra el sufrimiento, las dificultades y las desavenencias que tienen que pasar muchos de nuestros compatriotas para vivir. ¡Y es así de simple y duro! Lo que ganan de su esfuerzo y su trabajo sólo les alcanza para subsistir. Ahora sí que no nos tendría que caber ninguna duda de que todo lo que ocurre a nuestro alrededor nos incumbe y por lo tanto nos tenemos que hacer parte para revertir esta situación tan poco equilibrada.

En cierta parte del libro leí que son (Davinson y Ketterer, 2006:42,43) “…personas absolutamente invisibilizadas y a propósito, por un mercado al que le conviene su presencia subordinada…”. Estoy de acuerdo en que al mercado le conviene aparentar esta situación para crear la imagen de un país mejor, pero en lo que no estoy de acuerdo es en que creamos que ellos son los invisibles, muy por el contrario creo que somos nosotros; que formamos una coraza de hierro que no nos deja ver más allá de nuestras narices

¿De qué manera vamos a ver a los demás si nosotros no nos dejamos ver? Si cada una de nosotros dejáramos nuestros miedos atrás y buscáramos el Don especial que a cada uno le fue entregado y lo ocupáramos y lo compartiéramos con todos, creo que problemas tan complejos como estos no tendrían cabida. Tampoco quiero imaginarme una sociedad utópica ya que sabemos que nosotros no somos perfectos, pero sí, a que lleguemos a reflexionar que puede entregar cada uno como persona, quizás hasta con cambiar pequeños detalles como pagar el justo valor de los productos que nos ofrecen estaremos valorando el trabajo de tantas personas como nosotras, los detalles para mí marcan el cambio hacia el futuro.

En un relato específico de una mujer llamada Lucia Lincopan me pude percatar de lo anteriormente dicho: ella se deja ver hacia todas las personas que la rodean, comparte sus penas y alegrías con sus compañeros de trabajo, a pesar de tener una vida muy dura y complicada, ya que es jefa de hogar; siempre esta dispuesta a entregar lo que ella tiene a los demás, es así como comparte sus conocimientos en medicina a través de hierbas con sus clientes y conocidos. De esta manera Lucia esta aportando hacia su comunidad lo que se le ha ido enseñando de generación en generación, eso es lo que nos aporta esta valiosa mujer; nos entrega más de nuestra cultura, nos hace volver a nuestras raíces. Por lo que ella nos es un claro ejemplo de rutina de vida beneficiante para nuestra región y país.

Para finalizar quiero expresar que además este libro me hizo reflexionar que debemos comenzar a explorar y observas nuestras realidades más próximas o cercanas. Experimentando en terreno y a través de la investigación los sucesos que acaecen en nuestro alrededor, volcándonos a tener una participación activa frente a los distintos fenómenos que son propios del lugar en donde vivimos. Comprender éstas situaciones nos dará el pie para adentrarnos en un mundo en el cual fenómenos como éstos merecen ser investigados y analizados. Para así no quedar invisible frente a esta sociedad y poder soñar en ser una Profesional que pueda entregar reales herramientas para mi familia, mi región, país y así creer en un futuro más equitativo y más justo.
Este ensayo fue desarrollado en el marco de la asignatura Instituciones Sociales de la Carrera de Servicio Social de la Universidad de La Frontera, y los insumos son parte del análisis del libro CULTURAS DE MERCADO, RUTINAS DE VIDA, de Guillermo Davinson y Lucy Ketterer, (2006). Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera.
Biblioteca Del Viajero

- Davinson, Guillermo y Lucy Ketterer (2006) CULTURAS DE MERCADO, RUTINAS DE VIDA. Ediciones Universidad de La Frontera. Temuco
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