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| La Reina Oculta
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| por David Yagüe
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En 1208, un legado papal es asesinado en Occitania cuando transportaba unos documentos conocidos como la Herencia del Diablo. Poco tiempo después, el Papa y el Rey de Francia promulgan una Cruzada contra los nobles de la zona y contra la herejía cátara. Una campaña llena de significados y tramas ocultas, de política y religión, de amor y guerra, que envuelve a tres jóvenes personajes: un noble franco que cursa estudios eclesiásticos en París para llegar a ser obispo; un noble catalán que viaja como un trovador, y la hija del señor de Beziers. Y en resumidas cuentas, el hilo argumental que le ha valido al barcelonés Jorge Molist ganar con La Reina Oculta el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio (ya lo ganó en 2004, con El Anillo).
Puede parecer sorprende que un tema tan trillado en la literatura como el de la Cruzada contra los cátaros pueda aún sorprender y obtener galardones. No en vano hay una nutrida larga lista de novelas con este tema como objeto principal o como fondo, bastará citar dos de Peter Berling como Los Hijos Del Grial o La Condesa Hereje. Hasta el propio autor confesaba en una entrevista concedida a la revista QUE LEER que los cátaros le parecen aburridísimos. Por todo ello puede, como digo, sorprender, pero Molist ha utilizado este hecho histórico y todos los elementos que suele acarrear, la leyenda del Grial, el amor cortés y los trovadores, y los ha utilizado con habilidad para crear un muy digna novela de aventuras medievales con historia de amor incluida, toques fantásticos y por qué no, de un cierto mensaje que bien puede estar comprometido con el presente.
No parece extraño que el autor trabaje como directivo en una gran multinacional dedicada al cine. En La Reina Oculta hay un trabajo de fondo, no sólo de documentación histórica, sino de planificación, de estructura para crear un best–seller. Sólo el tiempo dirá si Molist ha conseguido ese objetivo, pero los ingredientes están ahí, entrelazados con los grandes iconos de la época: la lucha por imponer los dogmas del catolicismo, las órdenes militares, las cruzadas, los mitos encabezados por el Grial o los Golems, los santos, etc.
Quizá uno de los grandes aciertos de la novela sea la visión crítica que el autor tiene de todos los bandos, ya sean cruzados, cátaros, occitanos, eclesiásticos, judíos o aragoneses, todos tienen su lado oscuro y fanático. Y en contraposición los tres personajes han de recomponer su sistema de valores no ya desde el bando o facción a la que pertenecen si no desde lo que creen correcto como individuos. Guillermo, el cínico noble franco que estudia para eclesiástico para satisfacer las necesidades políticas de la familia, se verá involucrado en una turbia misión que le abrirá los ojos y le hará tomar partido hasta un punto que jamás consideró posible. Bruna, la hija del Señor de Beziers, que de una niña mimada que disfruta del amor cortés con ligereza, se adentrará en una aventura que requerirá altos sacrificios. Y Hugo, el caballero y agente secreto catalán que viaja con la apariencia de trovador, que deberá truncar su honor y su fe ciega en sus superiores para finalmente hacer lo que debe. La gran lucha entre el individuo y las verdades establecidas se dan en los tres personajes, pero sobre todo en los masculinos.
La Reina Oculta es una novela de aventuras históricas, con ritmo y algo de intriga, con algunas concesiones a la galería, nos figuramos que de la comercialidad, dignamente escrita y muy entretenida, que seguro gustará a un público muy amplio. Quizá no sea la novela de la década pero cumple su propósito con nota.
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