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Gonzalo Sichar
 por Departamento de Prensa - Sepha

Editorial Sepha acaba de llegar a los 100 títulos publicados tras seis años de andadura. Toda una osadía en los tiempos de crisis en los que vivimos. Sepha es el proyecto editorial de Gonzalo Sichar Moreno, que dejó el mundo de las ONGs para entrar en el de la empresa social, según se remarca.
portada Sichar
¿Qué es eso de una empresa social?
Una empresa que no se rige por la maximización de beneficios. Esto no quiere decir que no persigamos la obtención de beneficios pero no su maximización a toda costa. Muchas empresas “sociales” han fracaso porque eran “sociales” antes que “empresariales”. En Sepha he ido buscando fórmulas que abaraten costes y que aumenten los beneficios pero por poner sólo un ejemplo muy claro, nunca imprimiremos en China porque no tendría garantías de que se respetasen los derechos laborales de quienes hicieran mis libros.


¿Algún otro ejemplo más “editorial”?
No sólo publico libros que vayan a venderse muy bien. He publicado varios libros con los que no contaba ventas espectaculares, como así ha sido, pero trataban temas que consideraba importantes. Ya compaginaré con otros libros más vendibles aunque su temática sea menos profunda.


¿Y cuál se podría decir que es la línea editorial de sepha?
Pues aparte de los libros más vendibles, que permiten que publique esos otros libros necesarios pero menos vendibles, la línea la marcan los libros provocadores. Que se atreven a romper con lo políticamente correcto. Y esto se puede hacer desde diferentes ángulos ideológicos, desde los extremos –que pienso que hay más de dos, no sólo izquierda y derecha– y desde la moderación.


¿Se puede ser provocador desde la moderación?
Pienso que sí. Por ejemplo los libros de Antonio Robles –Del fraude histórico del PSC al síndrome de Catalunya y Extranjeros en su país– o el libro conjunto Jaque a la democracia –donde participo como coautor– se les puede catalogar de moderados o centristas, y sin embargo en los tiempos en los que vivimos, más desde 2004, es muy políticamente incorrecto. Por eso es provocador, y más en algunas regiones.


A raíz de la publicación de la autobiografía de ynestrillas giró un malestar en algunas librerías que marginó a sepha, acusándola de editorial fascista. y ahora publica sus propias ideas en jaque a la democracia. ¿no prefería ocultar su ideología?
Nunca he escondido mi manera de pensar. Pero sólo por los libros que firmo se puede saber mi manera de pensar. Tengo la incomprendida virtud de publicar a autores que se alejan mucho de mi manera de pensar. En Sepha, de los 100 títulos publicados, hay 9 trotkistas o muy cercanos al trotkistmo, además de muchos otros de izquierda poco moderada relacionados con temática latinoamericana –los míos mismos sobre Guatemala sin ir más lejos–; falangistas o similares hay sólo 5. Si fuese tanto trotkista como falangista, le aseguro que no habría libros de la ideología opuesta en el catálogo. Ellos tienen la suerte de haber dado con un editor que publica libros de ideologías muy diversas (y alejadas de la del propio autor).
Jaque a la democracia no es el primer libro de Sepha donde participo. Lo hice anteriormente en cuatro libros donde yo era el único autor. He publicado además en otras editoriales y en varias revistas. En casi todos ellos estaba la política de por medio. Nunca he ocultado mis ideas. Lo que ocurre es que cuando hablo de injusticias en el extranjero la izquierda española coincide más en mi posicionamiento pero cuando denuncio los abusos del nacionalismo no sé por qué la izquierda no comparte mis ideas, cuando debiera hacerlo si siguiera en la tónica de defender a los débiles. Pero de todos modos separo muy bien lo que son mis ideas de lo que publica Sepha, en esta editorial el tema ideológico casi nunca será una barrera que impida la publicación de un libro.


¿Por qué dice “casi” ninguna?
Pues porque habiendo publicado desde a trotkistas hasta falangistas poco margen he dejado sin cubrir. Tengo pendiente publicar a algún nacionalista periférico, y seguramente lo haré en 2011. Hay ciertos límites que no llegaría a cruzar, como los que en base a revisionismos históricos niegan ciertas matanzas, o los que defienden el racismo, la degradación de la mujer… Sin embargo, creo que hasta podría publicar a algún revisionista sobre la Segunda Guerra Mundial si en su libro denunciase datos desconocidos de las matanzas de los aliados y los soviéticos en el final de la guerra. Lo haría si se limitase a eso sin entrar en negacionismos de otros sucesos cometidos por los nazis de los que no cabe ninguna duda histórica.


"En Sepha he ido buscando fórmulas que abaraten costes y que aumenten los beneficios pero por poner sólo un ejemplo muy claro, nunca imprimiremos en China porque no tendría garantías de que se respetasen los derechos laborales de quienes hicieran mis libros."



Este último caso que me cuenta roza la negación del holocausto.
En absoluto. Ya digo que si el autor revisionista tomase esa senda no le publicaría el libro, pero si se limitase a denunciar, por ejemplo las 100.000 mujeres alemanas violadas por los soviéticos en Berlín y otras barbaridades, sería un libro publicable. Del mismo modo que publicaría, si es que vuelvo a publicar algo de la Guerra Civil, a un autor que escribiera sobre las atrocidades cometidas por los franquistas en la Guerra Civil si no entrase a negar que los comunistas cometieron asesinatos deliberados –como también publicaría a alguien que se centrara en los asesinatos cometidos por comunistas o anarquistas si no negase los asesinatos cometidos por franquistas–. Digamos que admito que un escritor se centre en una parte de la Historia pero no que niegue otros episodios contrastados donde la dignidad de las personas esté pisoteada.


Resalta que quizá ya no publique sobre la guerra civil.
Es un tema del que ahora mismo hay demasiado en el mercado y como está muy politizado es difícil discernir entre tantos libros cuáles merecen la pena. No quiero contribuir a dificultar la tarea al lector. Quizá más adelante. Para 2011 tengo en preparación uno que habla de otros temas pero que en sus ejemplos pone a la Guerra Civil.


¿Puede especificar un poco más?
Un libro que denunciará –en Sepha siempre denunciando– el adoctrinamiento del cine en tiempos de democracia. Que un dictador sólo cuente una versión de la historia entra dentro de la lógica, pero que en un sistema democrático sólo se cuente una versión de la Guerra Civil sólo es posible en una democracia enferma. Y es más, yo diría que no hay sólo dos versiones de la Guerra Civil. No es la misma idea de República (liberal) la que tenían los “radicales” de Lerroux que la que tenía (o quería destruir) Largo Caballero; como tampoco era el mismo modelo de Estado el que tenía José Antonio Primo de Rivera (republicano, por cierto) que la Monarquía (sin rey) de Franco. En el conocimiento de estas muchas Españas he tratado de contribuir desde Sepha… pero como la gente va más al cine (o al menos ve películas) que leer libros, lo más posible es que mi aporte habrá sido muy modesto.


Por último, y retomando el principio de la entrevista, ¿continuará con este frenético ritmo de más de dos publicaciones mensuales?
Este año de crisis me ha servido para echar el freno y repensar la estrategia. En 2010 iba a publicar 23 títulos y lo dejaremos en 18, pero para el próximo año publicaremos sólo 10 títulos. Sepha ya tiene un fondo importante y ahora se trata de mimar a cada libro de cara a los medios de comunicación. Con dos libros mensuales no se le puede hacer seguimiento al impacto en los medios. Con uno pienso que sí, y no sólo en los medios de comunicación sino mimarlo en las librerías, pues al fin y al cabo, los distribuidores son casi sólo logistas y el libro se vende dependiendo de lo que lo sepa promocionar su editor.






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