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Esteban Bentancour
 por Vocal Cultural

Durante siglos, la humanidad ha supuesto que el cielo es celeste y el césped verde porque así lo vemos. Nos hemos considerado vara de medir, basando nuestros análisis en la objetividad de nuestros sentidos y nuestras herramientas. ¿Y si esto no fuera así? ¿Te has parado a pensar si separación entre pasado, presente y futuro existe realmente o es una construcción de nuestra mente?. Esteban Bentancour desafía a lo establecido en su primera novela “Los ojos que miran”, recientemente editada por Temas de Hoy. Un thriller con ritmo trepidante e intensa fuerza narrativa, teje una trama arriesgada donde una amenaza cercana y devastadora podría poner en jaque a toda la humanidad. Sin embargo, la novela es mucho más que eso: es un juego de reflejos que fascinará a los lectores en el que nada es lo que parece y donde todo depende de los ojos que miran.
portada Bentancour
Es un escritor joven y “los ojos que miran” su primera novela. ¿cómo decidió emprender el largo viaje de ser escritor? ¿qué busca al escribir?
Desde niño he sentido la necesidad de escribir, de relatar historias. Siempre lo he vivido así: como una necesidad, más que como una decisión consciente. Por más que en la última década me he dedicado, y sigo dedicándome, a otros temas profesionales, nunca he dejado de escribir. En cuanto a lo que busco… creo que si tuviera que definirlo en una palabra diría que busco comprender. Escribir ayuda a mirar, a hilar correspondencias, a transcribir cosas intangibles y eso es apasionante.


¿Cómo y cuando comienza a dibujar “los ojos que miran”?
Empecé a escribirla en 2002, en Montevideo. De ahí la forma de hablar de los protagonistas y, por supuesto, el lugar físico donde se desarrolla. La fui escribiendo el los tiempos libres que me permitieron mi carrera y mi actividad profesional, por lo que tardé seis años en terminarla. Para ese entonces ya vivía en Madrid.


Califican a su novela como “thriller científico”. tras haberla leído, da la impresión de que es mucho más, de estar diseñada para un público amplio, con un profundo trabajo de documentación. ¿cómo la definiría usted?
La intención de la novela es que tenga distintos niveles de lectura. En ese sentido, sí es un “thriller científico”, dado que busca exponer de forma realista lo que son los virus emergentes, sus sistemas de contención, y las consecuencias que tendría un fallo en dichos sistemas. Sin embargo, no es sólo un thriller científico, es también un thriller psicológico (dado que la novela está escrita en primera persona y todo lo observamos a través de la mirada del protagonista); es una historia sobre el amor, la obsesión y la culpa; y por sobre todas las cosas es un gran rompecabezas en el que los datos se van ofreciendo poco a poco, hasta un desenlace en el que nada ni nadie es lo que parece.


El ritmo del libro es trepidante, con los incisos imprescindibles para el desarrollo argumental. ¿ha decidido volcarse en el misterio?
El misterio es la herramienta, el instrumento primordial que desarrolla el argumento de “Los ojos que miran”. En esta novela sí que he optado por el misterio para permitir que el lector se vaya involucrando cada vez más y se plantee las mismas cuestiones que Daniel, el protagonista. No obstante, tengo en mente más proyectos literarios que amplían este horizonte.


"Entiendo la novela como un rompecabezas que el lector hace encajar hasta descubrir el final"
portada Bentancour



Literariamente, deja un cierto regusto a obras tan consagradas como el país de las últimas cosas de paul auster, la danza de la muerte de stephen king, la peste de camus o la amenaza de andrómeda de crichton. ¿cuáles son sus referentes literarios?
Mis referentes literarios en esta novela son muy eclécticos. En efecto, incluyo entre ellos a Auster, Stephen King, Camus y Crichton, pero también podría añadir a Saramago, Preston, Borges, Bradbury, Poe, y un largo etc.


Hace un despliegue de imaginación constante, y extenso, dónde el lector se convierte en protagonista. ¿cómo cultiva esa complicidad?
Como comentaba con anterioridad, la novela está escrita en primera persona. La cuenta Daniel, un joven de 23 años que acaba de terminar la carrera de Ingeniería Informática y quién comienza a sufrir una serie de “saltos” temporales. Indudablemente el hecho de que la historia esté narrada en primera persona permite al lector identificarse con el protagonista y en definitiva, “mirar” los acontecimientos con los ojos de Daniel.


Todo es empezar. ¿sobre qué tratará su siguiente libro?
En estos momentos me encuentro preparando una novela que versa sobre el mundo angélico y el mundo infernal. No puedo desvelar mucho más, pero se trata de un proyecto que me tiene fascinado y que está suponiendo un trabajo de documentación bastante minucioso.






Fuente: Entrevista Vocal Cultural
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