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| The Paris Review. Entrevistas
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| por Pedro M. Valenzuela
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THE PARIS REVIEW es una de las más afamadas publicaciones de literatura profesional que ha ido revelando durante cincuenta años en sus famosas entrevistas, desde que se fundara en 1953, el método de trabajo de algunos de los mejores escritores del Siglo XX, algo totalmente distinto a lo hecho anteriormente tanto en la forma como en el fondo, ya que las conversaciones tenían lugar durante varias sesiones (algunas incluso alejadas en el tiempo) y el escritor se implicaba tanto en las respuestas como en la posterior corrección de la entrevista, logrando un resultado más propio de género literario que de urgente cuestionario de promoción editorial; una publicación que en la actualidad, aunque con formato renovado desde 2005, sigue ofreciendo entrevistas a lo más variopinto del panorama internacional desde Stephen King a Javier Marías pasando por Kenzaburo Oe.
Entre las más de doscientas entrevistas publicadas en su primera época, esta edición a cargo del crítico Ignacio Echevarría recoge quince que reflejan el amplio abanico de personalidades que pasaron por sus páginas, en las que nos encontraremos al comercial Georges Simenon prescindiendo de la frase por la frase, de lo demasiado literario, al norteamericano John Cheever reivindicando que en la ficción cada frase debe ser una innovación, el veterano Kart Vonnegut recordando la importancia de no tomarse la escritura demasiado en serio: Si haces que la gente ría o llore a partir de pequeñas marcas negras en hojas de papel en blanco, ¿qué es eso sino una broma?, la visión realista de Joyce Carol Oates (una autora que tiene distintos editores para poesía, ficción y experimentación) acerca de la productividad literaria, ya que lo normal es que se escriban muchos libros para lograr que algunos perduren, o las expectativas de Philip Roth que en el mejor de los casos le basta con aspirar a cambiar la manera de leer de los lectores.
Mención a parte merece la entrevista al genial William Faulkner en la hay tantas perlas como respuestas al entrevistador: El artista no tiene importancia. Sólo importa lo que crea, dado que no hay nada nuevo que decir; La única responsabilidad del escritor es con su arte. Si es bueno será completamente despiadado; El escritor no necesita libertad económica. Sólo necesita lápiz y un poco de papel... y cuanto más profundiza en las respuestas más asusta y deslumbra el autor de LAS PALMERAS SALVAJES que, entre un whisky y nada, prefiere el whisky. Termina el libro con una entrevista al controvertido Salman Rushdie donde recuerda su enamoramiento por EL SEÑOR DE LOS ANILLOS o lo que le supuso la fatwa, y es que como dice el editor en el prólogo es probable que, tras su lectura, salga uno mismo con más dudas de las que tenía sobre cuáles son las razonas profundas para escribir. Pero es seguro que saldrá reforzado en sus motivaciones para seguir leyendo. |
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