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| Que Tu Muerte Caiga Sobre Nuestras Cabezas
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| por Javier Campelo
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Esta es una historia verídica, por eso es terrible. No ocurre en un país del tercer mundo, allí donde para no ver es tan fácil como cambiar de cadena. Ocurre en nuestras calles todos los días, sin que nadie alce la voz para contar su historia.
De experimentos médicos todos hemos oído hablar. Genios locos que cruzan la línea de la ética y desde su posición social de privilegio se aprovechan del último de la fila, de alguien por el que nadie se va a preocupar.
José, el protagonista de Que Tu Muerte Caiga Sobre Nuestras Cabezas, no inventa un mundo, no inventa un personaje marginado y asesinado vilmente por la ciencia a espaldas de la sociedad. Él vivió todo aquello. Él sufrió con la historia que ahora se atreve a contar, la de su amigo vagabundo que, enfermo y recogido en su casa, sirvió de conejillo de indias en uno de nuestros hospitales del primer mundo. ¿Cerraremos otra vez los ojos?
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