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| Los Juegos del Hambre
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| por Leara Martell
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Nada más cerrar el libro, la primera duda que me ha invadido es con qué clase de música incitaría yo a los sinsajos para que anunciaran mi llegada. ¿Sería algo dulce y ligero? ¿Verdi quizás? ¿Algo lleno de sentimiento y fuerza? ¿Puccini?... Y sin pretenderlo, la realidad me ha aplastado cuando he comprendido que entre todos los genios entre los que podría elegir, Wagner sería mi caballo ganador. Morir o dar muerte. Sea como fuere, querría La calbalgata de las Valkirias precediéndome.
¡Bienvenidos seáis pues, a los septuagésimo cuartos JUEGOS DEL HAMBRE! Espero que seáis rápidos, astutos y fuertes, o al menos una de los tres, o veréis vuestra cara dibujada en el cielo al caer la noche.
La vida de Katniss Everdeen nunca ha sido lo que se dice “un camino de rosas”. Como tantas otras personas, ella ha nacido, se ha criado y ha tenido que padecer la escasez y el nivel de vida tan precario del Distrito 12, el minero, posiblemente uno de los peores que haya en Panem. Gracias a Dios, su padre tuvo la suficiente pericia y ella el estómago necesario para enseñarla a cazar, con lo que ahora, tras la muerte de éste, ella puede alimentar a su madre y a su hermana pequeña Prim.
La vida se ha convertido en una rutina. Ver a su madre destrozada por la ausencia de su padre, resentirse con ella, lavar y cuidar de Prim, salir a cazar con Gale, despotricar contra El Capitolio, sobrevivir, conseguir teselas, rezar para que no salga tu nombre de la urna…
Y es que después de la guerra, El Capitolio, ese odioso Gran Hermano que controla a todos los Distrititos, ha aprendido la lección y sabe cómo mantener a raya a su querida y complaciente población. Humillación y dolor. Pobreza y hambre. Corrupción y abuso de la fuerza y el terror. Y por supuesto el gran entretenimiento televisivo que ha batido récords de share en los últimos años… LOS JUEGOS DEL HAMBRE.
Cada año, cada Distrito enviará a un chico y a una chica de entre 12 y 18 años para que compitan con el resto de sus vecinos. Un escenario distinto, desconocido y controlado por los Vigilantes para ofrecer a la audiencia un buen espectáculo. ¿El premio? Una vida de abundancia económica y comodidad. ¿La manera de conseguirlo? Matando a tus contrincantes y siendo la última que quede en pie.
Aunque las matemáticas y la probabilidad están de su lado. Algo así como un uno contra mil para ella (o para ser más exactos, para su hermana Prim de 12 años), la vida de Katniss da un vuelco cuando Effie Trinket saca el papel de la pequeña Prim Everdeen. El mundo de Katniss parece desmoronarse, el aire desaparece de sus pulmones y lo siguiente que sabe es que ella misma se ha ofrecido voluntaria para ocupar el lugar de su hermana. Desde ese momento, ella y Peeta Mellark, el otro participante del Distrito 12, tendrán que enfrentarse a la hipocresía, la desesperación, la impotencia y la crueldad de una sociedad en decadencia donde la única regla que prima es la del “todo para el pueblo y su aplastamiento”. La única posibilidad de Katniss será fingir un amor que no existe… ¿o quizás sí?
Es una novela dura. No nos vayamos a engañar. La supervivencia es lo fundamental y si para ello tienes que clavarle una flecha en la garganta o un cuchillo en el corazón de cualquier niño que no conoces, lo harás. Collins ha sabido manejar con una maestría espectacular cada sentimiento, cada necesidad, cada escena, pues, aunque cualquiera llegaría a pensar que pueden resultar desagradables, aquí nada es gratuito y cada acto se salva con una enorme dignidad. Katniss es la heroína de la primera persona. Sabemos lo que piensa, lo que siente. Caminamos junto a ella, vivimos con ella, nos alimentamos gracias a ella, lloramos con ella y matamos por ella. Si algo no se le puede negar a Collins es la gran carga moral y emotiva que tiene su historia. Una obra maestra de esta época, si me lo permitís, y uno de los mejores libros con los que me he topado en mucho tiempo.
Una lectura rápida y ágil en la que vamos a aprender el valor de la amistad y el amor. Vamos a sacar a pasear ese alma revolucionaria que todos llevamos dentro y vamos a querer pintarnos la cara y salir a la calle a clamar por un mundo más justo. Señalaremos al frente con tres dedos y ondearemos una bandera llena de pájaros. Y es que no es que Los Juegos del Hambre sea una lectura recomendada, sino que es una lectura OBLIGADA. Si hubiéramos metido Battle Royale, V de Vendetta y Gran Hermano en una coctelera, el resultado no habría sido tan bueno como esto.
LO MEJOR: Peeta y Rue. Dos dignos competidores de Los Juegos.
LO PEOR: Lo terroríficamente aterrador que resulta como reflejo de un futuro no muy lejano.
Los Juegos del Hambre son una trilogía de la cual la segunda parte, En Llamas, ya está publicada y a la venta por la editorial Molino, y la tercera parte, Mockingjay (Sinsajo), saldrá a la venta en US en agosto de este año y que llegará a España para principios del 2011.
Además, está confirmado que para 2011 se espera también la adaptación cinematográfica y que la propia Suzanne Collins será la guionista. GO COLLINS! No puedo esperar para saber más detalles de la película.
Fuente: Be Literature
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