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portada Latente
Ficha del Libro:

Título: Latente    comprar
Autor: Menchu Gutiérrez
Editorial: Siruela
I.S.B.N.-10: 8478446451
I.S.B.N.-13: 9788478446452
Nº P´gs: 144


Latente
por Antonio Ruiz Vega

Curioso e inclasificable libro que, como señala Ana María Moix está "de espaldas a cualquiera de las exigencias que lastran la creatividad de la novelística actual".

Menchu Gutiérrez, con una amplia obra detrás, tanto en poesía como en prosa, es, en efecto, una escritora personalísima que ha creado un mundo propio de referencias cerradas, con escasos contactos con el mundo real. A decir verdad la carga lírica es notable y en muchas ocasiones nos parece estar leyendo prosa poética.

Hay aquí personajes, interiores, paisajes, pasan cosas, pero es difícil decidir que estamos ante una novela. La autora ha creado una serie de escenarios, dominados por la precesión de las estaciones, donde una mujer se fusiona con los elementos naturales y acaba proyectando su sensualidad sobre un hombre.

El leit motiv de esta transustanciación panteísta, que a veces recuerda un viaje iniciático o siquedélico, es el deseo, un deseo polimorfo que anda a la husma por todas las páginas y se las arregla para colarse en el título de todos los capítulos.

La protagonista copula o fornica con casi todo, con los cuatro elementos clásicos, pero no sólo con ellos, lo suyo es una entrega cósmica a la que se libra, exultante, en un estado de disponibilidad absoluta similar al que había preconizado Bretón en obras como L´amour Fou o Nadja.

La identificación entre el cuerpo de la amada y la Tierra, los elementos, es aquí contemplada desde el punto de vista de la mujer, no un ente pasivo, puesto que ella es quien avanza, cual Gradiva, al encuentro de las experiencias sobrenaturales.

Hay, evidentemente, claves psicológicas, ¿Junguianas?, el ánima y el ánimus, y es significativo que el personaje que comienza la obra se llame simplemente Ella.

Podemos encontrar referencias a lejanas mitologías, como la címrica, en esos pasajes donde la niebla adopta materialidades y se ayunta con Ella...

O ecos de lejanas luchas primordiales, cuando el fuego y el hielo forjaron los mundos, en la cosmología de Horbiger: Ella se masturba con una bola de nieve.

Y cuando aparece El, tiene también sus experiencias. La amada se convierte, durante el acto, en pez, gata, salamandra, pájaro...

Está también la experiencia de la muerte, la presencia del cadáver (deseo y poder).

Es un mundo denso, donde se mezclan sinestésicamente los olores, los sabores, los sueños, los recuerdos. Como en los libros de Lewis Carroll, hay otro mundo, al otro lado del espejo, que se desea visitar.

La palabra amor, cuando por fin es pronunciada, se transmuta en perla y cae de la boca, queda sobre la mano como testigo, como concreción del deseo (Pág. 41).

En suma, una ¿novela? muy personal, profunda, donde aparecen sensaciones y sentimientos que, por fortuna, poco tienen que ver con lo cotidiano. Un bucear en el subconsciente o en el inconsciente, que aunque no tiene nada que ver formalmente con el surrealismo (esto no es, desde luego, escritura automática ni un cadáver exquisito) si que coincide con algunos de sus objetivos, sobre todo el de poner en el mismo nivel sueño y vigilia.

 

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