|
| La Gaviota - Las Tres Hermanas - El Tío Vania
|
| por Silvia Rodríguez
|
|
Tanto el título como el argumento suponen un canto a la libertad, a la búsqueda de la felicidad, al ansia de ver realizados nuestros sueños a pesar de las dificultades: es poder conseguir algún día "volar libremente" como una gaviota marcando nuestro propio rumbo.
Los personajes de esta obra van a luchar por ello en un ambiente más bien hostil, represivo y asfixiante, en donde reina la incomprensión, la frivolidad y el peso de las convenciones sociales: Nina, quiere convertirse en actriz pero su acomodada familia no ve con buenos ojos esta decisión; Trepliov, aspira a vivir de su trabajo como escritor pero dispone de poca autoestima y confianza en sí mismo; Masha, pretende alcanzar un amor imposible haciendo daño a los que la rodean; Arkadina es el prototipo de "dama de escena", una afamada actriz que se niega a aceptar que sus años de éxito profesional y esplendor pasaron hace tiempo.
En sus frustraciones, se convertirán en seres amargados, egoístas y mediocres. La vida les enseñará las consecuencias de los más bajos y perversos sentimientos humanos: el desamor, la hipocresía, el fracaso, el abuso, la mentira, llevará a estos personajes a unos extremos que rozarán la locura, sin ninguna posibilidad de que en sus miserables vidas exista un lugar para la esperanza.
El entorno del caserón familiar le va a imprimir ese toque de angustia que rodea a cada uno de los personajes, se torna de "espiritual" a física: la misma rutina, las mismas conversaciones banales, las mismas actividades con las que "matar el aburrimiento"... un circulo vicioso en el que las aspiraciones de unos pocos serán reprimidas por el resto.
Es una obra trágica, dura, angustiosa, como las que escribió Chéjov; una "obra de personajes", cada uno de ellos con una trayectoria vital y carácter bien marcados... bastante triste pero igualmente hermosa.
|
|
