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portada Esclavos Por La Patria
Ficha del Libro:

Título: Esclavos Por La Patria    comprar
Autor: Isaías Lafuente
Editorial: Temas De Hoy
I.S.B.N.-10: 8484601838
I.S.B.N.-13: 9788484601838
Nº P´gs: 344


Esclavos Por La Patria
por Antonio Ruiz Vega

  Ya durante los años de la Guerra Civil ambos bandos usaron como mano de obra a los presos y fue el anarquista García Oliver quien estableció los campos de trabajo de la República, por cierto que en su entrada había un lema alegórico como el famoso "Arbeit Match Frei" (el trabajo os hará libres), a su vez copia literal del que los soviets pusieron en sus propios campos.

Terminada la guerra continuó sin embargo durante mucho tiempo el uso de presos como mano de obra, en una operación de tal magnitud que sin conocerla entenderíamos mal cómo se reconstruyó la España asolada por la guerra.

Lo que cuenta Lafuente sorprende sobre todo por su magnitud y más todavía por su carácter inmoral, pues se trató de un saneadísimo negocio.

El principio de esta práctica, instituida por ley, es que los presos (al principio políticos exclusivamente, aunque nunca se usó esta palabra, claro) podían redimir pena mediante el trabajo. Esta redención oscilaba entre un día de trabajo por otro de pena hasta subir hasta a seis días por uno en algunos casos. También se recibía una pequeña cantidad de dinero (ridícula) y otra (mayor, pero absolutamente insuficiente) iba destinada a la familia del preso. Bien entendido que esta práctica era voluntaria, no lo es menos que a los presos no les quedaban muchas más opciones.

Cuando los presos trabajaban para empresarios privados (y frecuentemente así lo hicieron) era el Estado el perceptor de la mayor parte de la soldada, convirtiéndose así, en una especie de funesta ETT.

Algunas fortunas se basan en el empleo masivo de esta mano de obra forzada, a un paso de la esclavitud.

La enumeración de las obras públicas llevadas a cabo por presos es hiperbólica, así como la variedad de productos (muebles, objetos, artesanías, etc.) que llegaron a fabricar estos forzados, modernos galeotes.

En algún lugar del libro se dice que la pretensión de autarquía franquista hubiera fracasado mucho antes de no ser por este ejército laboral, esta mano de obra a bajo precio que rehizo España en un tiempo record.

De alguna manera aquí se vindica un cierto reconocimiento público para estos hombres que, por razones generacionales, están ya casi todos muertos o lo estarán en los años próximos.

Todo un sistema sino basando sí fundamentado en la privación de libertad de un importante sector de la población española. Es evidente que esto ayudó a asentarse al franquismo pero también podría decirse (aquí no se dice) que dificultó la competitividad del mundo empresarial introduciendo un factor aberrante y poco homologable con los usos del capitalismo liberal...

Muchos de aquellos hombres –que levantaron España sobre sus espaldas– murieron por accidentes, enfermedades (tuberculosis, tracoma, tifus exantemático), y en este colectivo Lafuente incluye a los republicanos españoles que fueron capturados en Francia por la Whermatch y que, rechazados por Franco, fueron considerados apátridas y usados como mano de obra forzada por Hitler.
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