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| Cuadrado Perfecto
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| por David Yagüe
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Secretos. Esos que se guardan en lo más profundo. Esos que se guardan por miedo, por cobardía o simplemente porque creemos hacer lo correcto. Secretos que arden, que abrasan, que consumen desde dentro. Secretos peligrosos, no tanto por lo que son si no por a quienes atañen, que son el centro de “Cuadrado Perfecto” el primer caso del investigador Moe Pragger publicado en España.
En la tradición de la novela negra clásica americana, Reed Farrel Coleman nos adentra en las andanzas de Moe Pragger un investigador privado ocasional, judío y ex policía neoyorquino. Poco sabe el lector de él cuando recibe la llamada de un hospicio donde un moribundo quiere confesarle la verdad sobre un caso ocurrido hace veinte años. El primer caso que llevó Pragger fuera de la policía, un asunto sin resolver que ha marcado su vida durante dos décadas.
Pragger vuelve a 1978, cuando apartado del servicio policial por una lesión de rodilla acepta un caso por mediación de un amigo del cuerpo. Un joven universitario, hijo de un antiguo y condecorado policía e influyente miembro de la vida política del estado, ha desaparecido sin dejar rastro tras una fiesta en un antro de medio pelo.
El detective sabiendo que su escasa pericia en actividades forenses y que los expertos en esos temas de la policía no han conseguido resultados, decide buscar respuestas en la vida del joven. Pronto descubrirá que, como siempre en estas novelas, casi nada es lo que parece y el tendrá que destapar los más terribles secretos de los implicados, incluido el mismo.
Corrupción, incomunicación, violencia, discriminación, conflictos generacionales, psicología y secretos se entremezclan en una trama bien llevada que afecta a los vidas de los protagonistas durante veinte años.
Farrel Coleman hace gala de un estilo directo y mordaz, realiza una excelente y crítica descripción del Nueva York de finales de 70, con su corrupción, sus cambios sociales, desde los barrios marginales a los residenciales de clase alta, desde las comisarías hasta los locales nocturnos de moda. El comienzo es brillante, aunque el estilo parece perder fuerza según la va ganando la trama.
Su personaje, Moe Pragger es un detective particular, a pesar de cumplir con todos los buenos tópicos del género. Hombre con ciertas frustraciones pero curiosidad y terquedad sin límites, con pericia en lo suyo: destapar toda la mierda que encuentra. Su condición de judío y ex policía (un cuerpo lleno de italianos e irlandeses) le dotan de un furibundo repertorio de ese humor racial tan estadounidense. Su cojera y las relaciones con su familia también ofrecen más salsa a este héroe con mala suerte y tendencia a sacrificarse a sí mismo. Un detective que sin ser original se convierte con facilidad en un personaje reconocible y querido por el lector.
“Cuadrado Perfecto” es una buena novela negra con los personajes, temas y situaciones habituales con un punto original basado en su desarrollo temporal. Ahora deben elegir si quieren que un perspicaz ex policía judío descubra esos turbios secretillos que todos guardamos en el armario. |
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