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| Charlie Y La Fábrica De Chocalate
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| por Francisco Contreras Gil
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Es literatura infantil. Para más señas un libro de ciencia ficción para niños. Trabajo de culto para los mayores gracias a la adaptación cinematográfica de Tim Burton. Fue escrito en 1964 y, todavía hoy, gracias a su estilo sencillo e informal, que toca la inocencia arquetípica, repleto de detalles descriptivos, sigue siendo una referencia en cualquier biblioteca...
Charlie y la fábrica de chocolate, escrito por Roal Dahl y publicado por la Editorial Alfaguara con ilustraciones de Quentin Blake, relata la historia de como un niño ve sus sueños cumplidos el día que decide abrir un chocolatina y abriendo de esta forma un mundo de fantasía donde lo imposible, en determinadas ocasiones y enmascarado por el azar, se hace realidad.
Willy Wonka, propietario de la fábrica más grande de duldes del mundo, capaz de crear helados que nunca se derriten, chicles que jamás pierden el sabor y todo tipo de chocolates variopintos gracias a sus misteriosos trabajadores, tras años con las instalaciones cerradas al público por el espionaje industrial que casi le arruina, decide un buen día esconder en cinco barras de chocolates papeletas doradas para que cinco elegidos visiten su fábrica, descubran algunos de sus secretos y sólo uno de ellos sea el escogido para ser el sucesor en los designios del emporio chocolatero.
Es así como Augustus Gloop, Violet Bearegarde, Veruca Salt, Mike Teve y, nuestro gran protagonista Charlie Bucket, un jovenzuelo que vive en la más absoluta pobreza junto a sus padres y abuelos en un casa de dos habitaciones -que consigue comprar uno de los dulces gracias a una moneda que se encuentra en la calle y que éste albergue un envoltorio dorado-, se adentran en un mundo de fantasía caramelizada en la que los aspirantes, como descubirá el lector, van siendo eliminados de las formas más variopintas debido a sus defectos que no virtudes.
Roahl Dahl -autor de obras como James y el melocotón gigante, Matilda, Las brujas o Relatos de lo inesperado- marcó un antes y un después con este obra gracias a su ingenio y sentido del humor, con personajes llenos de imaginación y geniales argumentos que continuamente ironizan sobre el comportamiento de los adultos y el de los adolescentes y en el que los más pequeños siempre salen ganando.
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