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A Contracielo
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por Lydia Rodríguez
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Hay quien lee las estrellas/ la palma de la mano/ las huellas digitales/ las heridas del amor/ los posos del café... Con estos ocurrentes versos, dedicados a los lectores, se inaugura A CONTRACIELO, última obra del poeta valenciano Luis Sánchez Verdaguer, que recoge sus composiciones poéticas desde el año 1980 hasta 2004.
En su trayectoria poética ya figuran otros títulos como INCIENSO EN LLUVIA (1989), ARCANOS VIIOLINES (1992), CÁNCAMO (1995) y VARICES DE CRISTAL (1997), todas ellas editadas por Devenir, la misma firma en la que hoy aparece A CONTRACIELO.
Luis Sánchez Verdaguer es un poeta que demuestra tener un excelente dominio del lenguaje a la vez que se distingue con una gracia verbal original e ingeniosa: Uno se ocupa del contenido/hasta que descubre que se repite;/ entonces busca la forma.../ ¡de poder irrumpir!.
Su poesía se caracteriza por ser una lírica que recoge un amplio espectro de registros con una buena dosis de inspiración urbana. A diferencia de otros textos, los poemas de A CONTRACIELO se sirven de un estilo y un lenguaje que permite una interpretación poco ambigua de los mismos por parte del lector. El sentido y la temática de los poemas no están velados, por lo que afloran con sólo una primera lectura, permitiendo al lector gozar de una experiencia y sentimientos compartidos, ya que el tema no le es ajeno. Estos textos están poblados de encuentros, desencuentros, juegos de calle, citas en cafés o lecciones de vida, y como buena muestra de ello reproducimos aquí el siguiente poema.
JUEGO LOCO
Olvida por instante tus verdades y tus mentiras y hablemos con pocas palabras, de lo que en realidad importa: ¿Has saldado cuentas con tu pasado? ¿te sientes a gusto contigo mismo? ¿has cumplido ya tu mayor ilusión? ¿Y qué esperas para vaciarte de ti? Imagina que te queda un año de vida un año aún con salud suficiente para... ¿para que!, ¿qué harías, ¿adónde irías Recuerda: los cobardes nunca fueron felices. Y a lo mejor, en vez de un intenso año, te quedan sólo unos pocos meses... o tal vez, menos, quién sabe. Ahora continúa con tus obligaciones, finge que aquí no ha pasado nada y no temas, porque lo dicho y lo callado quedará siempre entre nosotros, aunque... hubiera sido mucho mejor aprovechar una oportunidad como ésta. |
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