| La palabra narcolepsia quizás nos suene porque lo hayamos oído en diversos medios de comunicación. Pero, ¿sabemos realmente lo que es este concepto? Con este término denominamos a un trastorno del sueño ubicado dentro de los trastornos primarios del mismo, concretamente dentro de las llamadas disomnias (conocemos así a los desórdenes propios de la etapa sueño–vigilia; en unos casos provocan insomnio y en otros excesiva somnolencia diurna). La característica esencial de la narcolepsia es la aparición recurrente e irresistible de sueño reparador, cataplejía e intrusiones recurrentes de elementos característicos de la fase REM en el periodo de transición entre el sueño y la vigilia. La somnolencia de la persona disminuye tras el ataque de sueño y sólo reaparece varias horas después. Su duración oscila entre 10 y 15 minutos. Los ataques de sueño deben de ocurrir cada día en un periodo de al menos 3 meses para poder diagnosticar de narcolepsia, aunque la mayoría de las personas manifiesta haber padecido ataques de sueño durante muchos años antes de acudir buscando ayuda terapéutica. Además de somnolencia, estas personas experimentan uno o ambos de los siguientes síntomas: - Cataplejía, que se trata de episodios súbitos de pérdida bilateral del tono muscular que duran entre varios segundos y minutos y que suelen estar desencadenados por emociones intensas, permaneciendo el paciente totalmente consciente. Puede ser una pérdida generalizada o limitarse a un grupo de músculos, estando desencadenada generalmente por emociones fuertes como risa, llanto…
- Intrusiones recurrentes de elementos característicos de la fase REM en el periodo de transición que va del sueño a la vigilia y que se traducen en parálisis de los músculos voluntarios o alucinaciones de carácter onírico. Los síntomas no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (incluyendo fármacos) o de otra enfermedad médica. Los episodios de somnolencia de la narcolepsia suelen describirse como irresistibles, dando lugar a sueño de carácter involuntario en situaciones claramente inadecuadas como por ejemplo mientras mantenemos una conversación. Las situaciones poco estimulantes o poco activas exacerban típicamente el grado de somnolencias en el sujeto. Así, este síntoma es la parálisis del sueño que se da cuando el sujeto se queda dormido o al despertarse; durante estos momentos el paciente experimenta la sensación de no poder mover ningún músculo. Su duración va de pocos segundos a varios minutos, terminando cuando se produce un movimiento vigoroso de los ojos o al ser tocado.
La narcolepsia suele comenzar en la adolescencia, surgiendo a lo largo de los años los distintos síntomas. Conforme se va entrando en edad estos pacientes muestran una disminución en la eficiencia del sueño nocturno y un incremento de la somnolencia diurna. Ya una vez iniciado el trastorno se mantiene durante toda la vida. Al intentar explicar el origen de este trastorno se han presentado tres hipótesis que son distintas pero no se excluyen entre ellas: inmunológicas, neuroquímicas y neuropatológicas. Algunos estudios dicen que existe un componente genético en esta enfermedad aunque después de ciertos estudios con gemelos monocogóticos se ha deducido que existen también factores ambientales. Otros estudios realizados con perros concluyen que la narcolepsia consiste en una alteración de la regulación del sueño REM. Para terminar, otra de las hipótesis planteadas para explicar la etiología de la narcolepsia considera que este trastorno está asociado a diferentes alteraciones neuropatológicas de regiones cerebrales relacionadas con el sueño. Por esto se han descrito casos de narcolepsia como consecuencia de esclerosis múltiple, por tumores cerebrales, etc. | |
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