| Parece ser que aún estando ya en el siglo XXI tengamos una mente tan arcaica al ver actualmente las noticias y conocer a diario cómo se sigue dando maltrato de todo tipo a niños, y lo peor es que suceda en países desarrollados y con un nivel cultural, social e intelectual elevado. ¿No nos damos cuenta que un niño es un sujeto indefenso y que desconoce del mundo?¿No podemos pensar un instante que este niño será el adulto que su entorno haya hecho de él y se desarrollará según sus vivencias y experiencias con los demás? Teniendo en cuenta que el problema del maltrato es multidimensional, resulta muy complicado dar con una definición unitaria de éste puesto que es un tema poco estudiado y delimitado científicamente. Así las diferentes definiciones que aparecen sobre el maltrato viene de distintos ámbitos como el social, médico, psicológico… El investigador español Joaquín de Paúl lo define de la siguiente manera: “El maltrato infantil se define como las lesiones físicas o psicológicas, no accidentales, ocasionadas por los responsables del desarrollo, que son consecuencias de acciones físicas, emocionales o sexuales, de comisión un omisión y que amenazan al desarrollo físico, psicológico y emocional considerado como normal para el niño”. Las características comunes que se pueden extraer de todas las definiciones sobre maltrato son las siguientes: - La existencia de violencia no ocasional física o psíquica por parte de un adulto causante del maltrato, que mantiene una relación con un niño que se caracteriza por ser asimétrica y de poder.
- La consideración de que ese poder asimétrico puede provenir no sólo de la familia sino también de los cuidadores o instituciones que están en contacto con el niño, aunque no se puede obviar que estadísticamente es en el núcleo familiar donde mayor número y tipo de maltrato se detectan.
- La existencia de perturbaciones que se producen en el niño en sus distintos procesos de desarrollo, de ahí la importancia de una adecuada detección precoz de la situación por la que pasa el menor para poder así aminorar las secuelas que produce un maltrato.
Los criterios a seguir para clasificar los tipos de maltrato son los siguientes: - Según su carácter o forma: físico–psíquico o emocional.
- Según su expresión o comportamiento: por acción–por omisión.
- Según el ámbito en el que se desenvuelve: familiar–extrafamiliar.
Se considera como maltrato físico cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores que provoque daño físico o enfermedad en el niño, o que lo coloque en grave riesgo de padecerlo. Este tipo de maltrato es más habitual de encontrarlo en los niveles socio-culturales más bajos. El abandono físico o negligencia es esa situación en la cual las necesidades físicas más básicas de alimentar, vestir, proteger y vigilar en las situaciones más peligrosas, cuidados médicos del menor…. NO son atendidas tanto de manera temporal como permanentemente por ningún adulto del grupo con el que convive el menor. El abandono es el grado extremo de la negligencia, con gran implicación física puesto que realizan acciones como por ejemplo dejar a un niño en una calle sin intención de regresar a por el. En lo que respecta a otro tipo de maltrato, el emocional, se define como la hostilidad verbal crónica en forma de insulto, desprecio, burla, crítica o amenaza de abandonar al niño y constante bloqueo de las iniciativas de interacción infantil (como evitarle, encerrarlo, etc.) por parte de cualquier adulto del grupo familiar del menor. Este tipo de maltrato es más frecuente que se detecte en los niveles socio-culturales medio y medio–alto. Dentro de este maltrato emocional podemos observar conductas como rechazar (es decir, no aceptar las iniciativas de interacción del menor, excluirle de actividades familiares, expresarle una valoración negativa sobre sí mismo, impedirle evolucionar hacia una mayor autonomía). Otra conducta sería aterrorizar (amenazando al menor con un castigo extremo y concreto, crear en éste miedo intenso al amenazar de manera impredecible, mantenerle una expectativa difícil de realizar y castigarle por no conseguirla). Y finalmente aislar o privar al menor de las oportunidades para establecer relaciones sociales. El abandono emocional es otro tipo de maltrato que se define como la falta persistente de respuesta de señales, expresiones emocionales (por ejemplo llanto, risa...) y conductas procuradoras de proximidad e interacción iniciadas por el niño y falta de iniciativa en la interacción y contacto por parte le una figura estable en las relaciones del niño durante sus seis primeros años de vida. Otros maltratos son el abuso sexual, la explotación laboral por parte de los padres que obligan al niño a realizar continuos trabajos domésticos o de otro tipo, el maltrato prenatal (aquel que se realiza conscientemente o no sobre el feto de manera que faltan a su cuidado tanto por acción como por omisión), etc. En el Maltrato Infantil existen una serie de factores de riesgo que pueden ser de los padres, del embarazo, del niño, de la familia y del entorno y los desarrollaré brevemente para entender más fácilmente por qué se da dicho maltrato: En referencia a los padres, éstos han podido ser maltratados anteriormente, abandonados o institucionalizados en su infancia. La madre puede ser adolescente con bajo nivel de escolaridad e insuficiente soporte tanto conyugal como familiar o social. Pueden ser padres con alguna patología psiquiátrica, adicción a drogas o alcohol y con baja tolerancia a situaciones estresantes. En el embarazo puede que sea no deseado, con intención de haberlo interrumpido, indiferencia, poco autocuidado, depresión postparto, etc. El niño puede haber nacido con malformación o prematuro. Pueden alterarse los primeros vínculos por discapacidad física o psíquica, o que sea un niño con una conducta difícil, no escolarizado o con fracaso escolar, etc. Las familiar de niños maltratados se caracterizarían por se monoparentales o con ausencia de las redes sociales de apoyo que todos tenemos y necesitamos, o con antecedentes de conducta violenta. O puede que se produzca una discordancia entre las expectativas de la familia y las carencias que sufre el niño. Por último en lo que concierne al entorno dentro de un maltrato las condiciones de vida son difíciles, con posible marginación o pobreza. Aceptan culturalmente la violencia, hay una ausencia o insuficiencia de las redes sociales formales e informales de acogida o apoyo en la comunidad. | |
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